Luna en Piscis culmina el ciclo dedicado a las lunas en este recorrido astrológico.

Luna en Piscis eleva el punto de sensibilidad, ensoñación y vulnerabilidad en la persona a lo más alto, mucho más que un Sol en Piscis. Por tanto, no es una Luna fácil de llevar.

Luna en Piscis causa desconexión de la realidad, la persona no es objetiva, sufre mucho por sus ideales, por lo que cree que es la realidad y, por lo tanto, los vínculos que tenga a su alrededor también sufrirán las reacciones emocionales de la persona con esta Luna.

No cabe duda que cuando nos encontramos en un signo de agua, las emociones juegan un papel fundamental. Luna en Piscis se encuentra en aguas oceánicas nada menos, donde el espacio es tan grande que no puede sostenerse, sujetarse o amarrarse a algo, se encuentra desvalida y el efecto en la persona es ahogarse en sus emociones, en el agua.

A nivel psicológico, es fácil encontrar a personas con Luna en Piscis que para evadirse de “su realidad” quieran perderse o disociarse mediante sustancias como el alcohol o las drogas. Su error es creer que esto les va a funcionar, pero es una ilusión más.

El victimismo es una de las herramientas que más suele utilizar la persona con Luna en Piscis para relacionarse en la vida, pero esta luna se vuelve muy tóxica para quien esté a su lado y, al final, es fuente de conflictos que tarde o temprano tendrá que resolver y no a base de sustancias que también son bastantes tóxicas para el cuerpo y para la mente, ya que tendrá dificultades para centrarse en cualquier tarea que quiera hacer.

El gran don de Luna en Piscis es su enorme capacidad creativa, ya que la energía pisciana está conectada al inconsciente colectivo y a la fuente que intuitivamente le envía información. Es posible que, incluso estando en algún estado de éxtasis, pueda canalizar grandes ideas, proyectos, resoluciones, inventos o cualquier manifestación artística del tipo que sea, ya que la energía pisciana, como he dicho antes, está conectada a una fuente infinita, abundante e ilimitada de creatividad material y espiritual.

Lola Juan