De forma arquetípica, cada signo expresa a través de la energía de su Sol cómo desea brillar, de qué manera se destaca y se individualiza. El signo de Leo es el que más desea hacerlo y su Casa 5 son el domicilio natural del Sol, por tanto, las personas con este signo se caracterizan por una necesidad imperiosa de darse a conocer, a expresarse, a demostrar  su talento o no, el caso es que se les vea, por eso son grandes actores y personas  creativas. Esto hace también que tengan una gran dosis de orgullo.

Pero los Leo tienen características más nobles más allá de su egocentrismo. Son personas valientes, de honor, con coraje para afrontar cualquier  vicisitud que se les presente en la vida por su fuerza y voluntad.

Para las personas Leo el orden y el control son muy importantes, pero no por ello se les verá como individuos serios, al contrario, les gusta el juego y la diversión como al que más, son sencillamente responsables de cada decisión que toman y consecuentes con ella.

Leo es un signo de Fuego, así como su predecesor Aries, pero no es tan arbitrario, sabe qué dirección coger porque ya ha previsto antes dónde va, algo que no hace Aries. Leo pone conciencia y claridad en todo lo que hace, por ello está capacitado con una extraordinaria inteligencia que le permite saber de todo un poco, y si de algo no sabe, se ocupará por saber, no puede dejar de magnetizar a todo el mundo con su poder.

La identidad  y  el prestigio de Leo no pueden decaer, así que mientras aparece algo que no controla, gana tiempo con su lado creativo aparentando que es “el rey de la pista” siempre. Leo está lleno de vitalidad, como el Sol, tiene seguridad en sí mismo, está seguro de su poder y tiene una excesiva autovaloración.

Por último, decir que el signo de Leo es un “casanova”, su domicilio Casa 5 nos habla de amoríos y galanteos, aviso a navegantes…

Lola Juan