Venus en Piscis es una configuración especial, como todo lo pisciano. En la energía de Piscis surge la magia, la desconexión con la materia y la conexión con el todo.
Venus en Piscis reúne una gran belleza y sensibilidad por la suma de las dos energías: Venus como planeta de las relaciones, de la armonía y el equilibrio; Piscis por ser un signo de agua donde no hay fronteras ni límites a su expresión, por lo tanto, la persona que nazca con este patrón en su Carta Natal, vivirá las relaciones de una manera idílica y soñadora, pero mostrando mucho amor.
Es siempre complicado hablar de Piscis porque no se puede concretar, no hay análisis posible como en su contrario Virgo, por eso son signos que se tienen que complementar.
Pensar en abundancia con Venus en Piscis es relacionarla con los dones artísticos: con la pintura, con la música, con la danza, con el canto…pues Venus provee a la persona de manera prolífica cuando se encuentra en el signo de Piscis, ya que la conexión con el arte viene de una forma espiritual, de una fuente superior que no podemos entender, es todo un acto de fe, el flujo puede ser infinito mientras creamos en él.
Cuando esta configuración se encuentra además en Casa XII, el domicilio del signo de Piscis, los dones son inconscientes, la persona simplemente actúa y es, siendo guiada invisiblemente por una energía que la transporta por su arte en el momento de actuar. Cuando podemos admirar un trabajo así, es algo glorioso. Como el violinista que hace sonar su instrumento con notas imposibles, como el cantante que con su garganta nos hace vibrar a todos con su voz, como el pintor que está meditando cuando ilustra un lienzo con colores maravillosos, y así siempre.
Venus en Piscis nos ayuda a ser buenos meditadores a través de esa conexión con el espíritu, de tal manera que nos permite crear belleza sin límites porque no hay sensación del Yo. Con Piscis el ego se pierde, no hay mente, sólo hay expresión, y con Venus, siempre será bella.