“La Voz es el reflejo de nuestro estado mental, emocional y físico” (Dewhurst, 1993). ¡Cuánta información del individuo y su circunstancia de vida nos transmite su tonalidad, sus matices, su sonoridad, su línea melódica! Es esencial para el actor tomar conciencia de ella y saber utilizarla plenamente, como una de las grandes herramientas de su trabajo, conectada con su cuerpo y su mente. Ese es el objetivo de este taller: el reconocimiento de la voz orgánica de cada uno, libre de artificios e impostaciones y su aplicación para la interpretación.

Tomaremos conciencia de los bloqueos corporales y energéticos que la aprisionan para que pueda fluir libremente, de manera natural, limpia de interferencias, y así poder expresar también en toda su dimensión lo que exige el texto y el personaje a interpretar.

Abordaremos de forma teórica-práctica todos los elementos físicos que intervienen en el proceso fonador, desde la respiración, proyección, conocimiento de las cavidades de resonancia, articulación, prosodia, caracterización de la voz, etc. También indagaremos en procesos mentales que afectan en su expresión: creencias limitantes, miedos, etc.

En definitiva, nos adentraremos en descubrir el espacio único y propio de nuestra voz, que no deja de estar relacionado con el descubrimiento de nuestro propio espacio interior.

El taller serán los días 25 y 26 de Febrero en el espacio Atenea de Puebla de la Calzada. Tendremos un horario de 10 de la mañana a 18:30 h. de la tarde ambos días, con un espacio para comer ligeramente.

Tendrá un coste de 85€. Es necesario confirmar con unos días de antelación.

Imparte: Maite Vallecillo, actriz, directora y pedagoga teatral . http://deamarillo.es/reparto/maite-vallecillo

“Teniendo en cuenta que lo que más asusta a la gente hoy en día es hablar, no hay que empezar con palabras ni con ideas, sino con el cuerpo. Un cuerpo libre es necesario para que todo viva o muera”. (Peter Brook).

“El teatro, gracias a la energía del sonido, la palabra, el color y el movimiento, pulsa una tecla emocional que a su vez hace estremecer el intelecto. Una vez el intérprete ha establecido un nexo con el público, el evento puede proseguir de múltiples maneras”. (Peter Brook).