Quirón en Piscis representa una herida muy conectada al ser. El signo de Piscis es muy espiritual y está relacionado con las experiencias en el vientre materno, especialmente cuando se encuentra en su domicilio, Casa XII. Cuando se siente aquí la herida nos habla de un dolor por la desconexión con la fuente, una herida de separación, de abandono; por ello, la persona no fluye con la vida.
Tenemos que pensar que cuando estamos en el vientre de nuestra madre, lo tenemos todo, no nos hace falta nada, somos uno con todo, no percibimos separación en ningún momento. Pero desde que estamos en el vientre, sí dependemos del tiempo (nueve meses), y el tiempo se acaba, hay que nacer. Es justo ahí cuando se produce la herida que quedará en el inconsciente y no sabremos nunca a qué se debió a menos que conozcamos nuestra Carta Natal.
Sabemos, por el resto de heridas en otros signos, que la herida siempre permanecerá y que tenemos que estar por encima de ella vigilantes. Nadie lo sabe, como digo, incluso nosotros. Es difícil identificar una herida como la de Quirón en Piscis. ¿Quién puede saber que es una herida producida al nacer?
Salir de un lugar amoroso, nutridor, con buena temperatura, con la voz de mamá, en definitiva, un espacio de totalidad, no es nada fácil. Enfrentarse con una realidad densa, rápida, estresante, dual, es muy duro. El dolor se impregna de una manera tan fuerte que la persona se vuelve controladora al verse tan indefensa, se polariza al signo de Virgo, siendo muy mental.
Una persona con Quirón en Piscis tendrá miedo de toda actividad pisciana y se volverá melancólica, sola, sentirá que no encaja en ningún sitio. En realidad, es todo lo contrario, pues estas personas son muy sensibles y empáticas, compasivas con el dolor de otras personas, así que son muy adecuadas para trabajar en instituciones sociales. Como bien sabemos, sanamos nuestras heridas ayudando a otras personas con las suyas, pero eso sí, tenemos que mirar hacia dentro y trascender las nuestras.