Cuando Mercurio en Géminis está a gusto, es porque está en su domicilio. A Mercurio le va de perlas estar en un signo de aire ya que le permite dirigir mejor sus pasos, viento a favor.
Mercurio en Géminis nos habla de personas intelectuales, muy intelectuales, quizá algunas algo “voladas” por el exceso a aire, y otras demasiado superficiales, orientadas al sensacionalismo o al chisme.
Ya sabemos qué pasa con el aire: podemos sentir una suave brisa, muy agradable y motivadora, pero también una fuerte tormenta. El viento viene y va con más o menos fuerza y esto nos puede descolocar.
Mercurio en Géminis, como arquetipo, nos habla (nunca mejor dicho) de una persona a la que le gusta comunicar, especialmente si se encuentra en una casa afín, es decir, una casa o signo de aire o de fuego. Estos detalles son los que nos permiten afinar más la personalidad del consultante y orientarle en el rumbo que marca su Carta natal.
Esta combinación planetaria nos describe a individuos que manejan muy bien la información. Les encanta estar al día, aprender, oír, escuchar, curiosear y compartir, enseñar lo aprendido. Su mente es ágil y rápida manejando datos y archivándolos en su mente, por eso les llamamos inteligentes.
Por otro lado, al manejar muy bien el lenguaje, les permite sociabilizar muy pronto con cualquier persona que se encuentren, aprender idiomas y quedarse rápidamente con cualquier detalle que a otra persona le parezca insignificante. Eso sí, no se les puede pedir que profundicen en los temas porque lo que les gusta es saber de todo un poco. Realmente no les da tiempo a hacerlo porque a penas han empezado algo ya tienen puesta la atención en otra cosa.
Su capacidad de movimiento les permite hacer más de una cosa a la vez. Es como un juego para ellos. Es una característica a tener en cuenta al ser uno de los primeros signos del zodíaco, los cuales nos hablan de la edad temprana de la vida.
Su mente, de carácter mutable, puede adaptarse bien en cualquier conversación, cambiar de opinión, pero también les gusta reflexionar, ir hacia dentro y meditar bien sobre lo que van a decir.