Tras haber visto cómo actúa Mercurio en otros elementos, ahora nos encontramos a Mercurio en Cáncer, en el elemento agua.
Si sabemos que Mercurio es el planeta que nos inspira a comunicarnos, a pensar y a generar vínculos, cuando se produce la configuración Mercurio en Cáncer, la forma en la que nos expresamos cambia radicalmente ya que el filtro es la emoción.
El elemento agua baña nuestra mente de sentimientos, vulnerabilidad y susceptibilidad; es decir, no somos nada objetivos con lo que nos pasa, nos cuesta muchísimo pensar y razonar sin sentir.
Mercurio en Cáncer siente mucho antes de comunicar cuando es capaz de hacerlo, porque, en ocasiones, no puede. Pueden darse casos de ansiedad muy fácilmente. Uno de los retos para estas personas es hablar en público, por ejemplo.
Es posible que, por esta circunstancia, la persona se acompleje, que piense que es incapaz de generar vínculos y comunicarse, e incluso que crea que no es inteligente, que no pueda pensar. Esto es erróneo, por supuesto, ya que Mercurio está presente. Únicamente tiene que aprender a gestionar su emoción porque le hace vulnerable.
Tenemos que tener claro que todos tenemos retos que asumir trabajando la energía de nuestra Carta Natal. Si nuestro Mercurio está en fuego, nos precipitaremos al expresarnos seguramente; si lo tenemos en tierra seremos más prácticos y racionales; si se encuentra en aire tendremos muchas ganas de hablar, de enseñar y compartir; cuando se sitúa en agua Mercurio puede ahogarse hasta que aprenda a nadar y a disfrutar de esa sensibilidad que le caracteriza, a empatizar, pero con discernimiento y a entregarse a esa creatividad sin límites que ofrece este elemento.
Como siempre digo, cada elemento y cada signo tienen su parte de luz y su parte de sombra, es decir, que las energías de los elementos y los planetas nos pueden elevar y transformar si sabemos gestionar la otra cara que tanto nos hace retroceder y dudar. No cabe duda que el proceso de vivir esta vida está lleno de retos para nuestro nivel de conciencia tan limitado, es tiempo pues de elevarla y entender quiénes somos realmente y descubrir nuestras capacidades extraordinarias.