Marte en Tauro es una energía muy diferente a la del signo anterior, Aries. De hecho, es bastante contraria: una es de fuerza, de inicio, de empuje, de lucha; la otra de calma, pereza, practicidad, comodidad e interés.
Marte en Tauro no está nada a gusto, pues su energía es de fuego y de mucha actividad. Cuando se encuentra en Tauro, se para irremediablemente, se empapa de la energía de Tierra del signo y se vuelve comodón, glotón y disfrutón de los placeres de la vida, de hecho, lo puede hacer muy bien.
Como en toda Carta Natal, debemos de ver en qué escenario tenemos esta configuración planetaria para afinar más la información que nos da. No es lo mismo que esté en una casa de agua, que de tierra, de aire o de fuego; tampoco que se encuentre en una casa cardinal, fija o mutable. En cualquier caso, Marte en Tauro tiene su sello personal, su impronta que es ejercer una fuerza en tierra. Por lo pronto, hablo de personas muy, pero que muy cabezotas, ya que les cuesta entender los procesos por no gozar del elemento aire. Desean algo y lo tienen que materializar sí o sí, y no piensan las cosas demasiado.
Una persona con Marte en Tauro ha de aprender a sostener los procesos porque llevan un tiempo natural, se necesita paciencia (la que Marte no tiene) y una percepción a través de los sentidos: se aprende a mirar más despacio, a saborear con disfrute, a tocar con delicadeza, a pasear más despacio, a escuchar con atención y a oler con entusiasmo y mucho amor. Toda la inercia de Marte se ha de para y la persona experimentar esta energía. En caso contrario será un querer y no poder, no se puede resistir a la fuerza de la naturaleza.
Al final, este Marte es más Tauro que nadie porque aprende a hacerse con esta energía, si no hay otra configuración que le haga distraerse y mirar hacia otro lado.
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