El mejor momento para  sadhana o practica yoga es a primera hora de la mañana, al amanecer, pues despierta el prana (o energía vital) y todos nuestros sentidos, estimulando el cuerpo para que esté activo y receptivo para nuestras rutinas diarias. De esta manera, notaremos sus beneficiosos efectos durante todo el día, poniendo consciencia y presencia a nuestras actividades.

Si no nos es posible practicar yoga a esta hora, es posible buscar otro momento por la tarde, pero ya no obtendremos todos lo beneficios puesto que el cuerpo está más cansado, se relaja y entramos en la franja horaria de nuestro descanso nocturno donde la energía se repliega y el cuerpo se inmoviliza.

En cualquier caso, siempre es mejor practicar yoga que no hacerlo, únicamente quiero dar una explicación argumentada sobre el mejor momento para hacerlo.

Cuando iniciemos la sadhana (o práctica), hemos de buscar un lugar que nos motive, especialmente porque levantarnos muy temprano en la mañana requiere un gran sacrificio, por tanto, si nuestro espacio de yoga es acogedor, limpio, ordenado, con luz natural, con buena ventilación, con algún elemento decorativo inspirador y nuestros elementos para la práctica adecuados (esterilla de calidad, cojín, manta, cinturón y taco), nos sentiremos mucho mejor para empezar el día conectando con el maestro interior que llevamos dentro.

Otro detalle importante a tener en cuenta al iniciar la sadhana es el alimento. Por la mañana es recomendable hacerla en ayunas, antes de desayunar. Si es por la tarde, tenemos que dejar transcurrir al menos dos horas después de la última comida antes de practicar los ejercicios.

Una vez elegida la hora adecuada pondremos toda nuestra atención al momento presente para enriquecer la sadhana, atendiendo a cómo está nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu poniendo consciencia en cada una de las asanas y pranayamas que vayamos ejecutando. La constancia en la práctica será lo que permita que logremos afianzar esta rutina diaria y conseguir el éxito en nuestros objetivos.

Lola Juan