La Luna

Se podría decir que estudiar a la Luna en una carta natal es fascinante por toda la información que nos aporta de una persona. El arquetipo lunar nos dice que es la energía que nos nutre, nos cuida, nos protege, nos alimenta, pero también nos describe el estado emocional, cómo gestionamos nuestras emociones, si sabemos o no, si tenemos apego o desapego, si somos emocionalmente maduros, si necesitamos a alguien en quien apoyarnos.

Por otra parte, nos habla de nuestros patrones regresivos. Nos hace mirar al pasado, por ello, a veces nos volvemos melancólicos recordando viejos tiempos, especialmente de la niñez. Esta parte de nuestra vida es muy importante ya que la figura materna que está representada por la Luna es clave para un futuro emocional saludable de cada uno de nosotros.

Por tanto, en una carta natal miramos dónde se encuentra este astro como uno de los puntos de mayor interés. Veremos en qué signo está situada, en qué casa y qué aspectos llegan a través de ella. También es importante identificar el elemento sobre el que se sostiene para saber si su energía es de Agua, de Aire, de Fuego o de Tierra.

Los diferentes elementos nos aclaran mucho sobre la naturaleza de nuestra Luna. Si se encuentra sobre un signo de Agua, será más emocional, más sensible y sensitiva, también más vulnerable pero muy protectora. El elemento Aire nos habla de una Luna más intelectual, no se deja llevar tanto por la emoción, sino por el pensamiento. Una Luna sobre el elemento Fuego es dinámica, le encantan las actividades nuevas, es protectora pero más desapegada. Por último, la Luna de Tierra necesita seguridad, especialmente material aunque valora mucho el contacto.

Hablar de la Luna es hablar de la figura materna, de cómo vemos a nuestra madre y de cómo nos sentimos de seguros en nuestra vida. Como vimos al principio, el vínculo con ella desde que nacemos es crucial para una buena gestión de nuestro mundo emocional pues es el primer vínculo y el más importante que nos llega al salir a la luz.

Lola Juan