Hatha yoga:En primer lugar, hay que saber que esta disciplina se compone a su vez de otras más que configuran una terapia completa a nivel físico, mental, emocional y espiritual. Porque, aunque sea un trabajo aparentemente físico, el movimiento energético y emocional que se produce en nuestro interior es evidente. En este artículo lo vamos a explicar.

Posiblemente, la parte más conocida del Hatha Yoga sea la Asana. La palabra Asana procede de la raíz sánscrita “AS”, que significa sentarse, que por un lado hace referencia a la parte física, y por otro lado a la parte interna de permanecer en el presente. En ambos casos lleva implícita la cualidad de inmovilidad.

Los primeros asanas ayudaban a preparar el cuerpo para la permanencia en los asanas meditativos. El número de éstos era pequeño y esto llevó a los antiguos yoguis a observar a los animales para desarrollar otros que facilitaran la apertura del cuerpo. En los últimos cien años, con la llegada del Yoga a Occidente, todos los conocimientos anatómicos y fisiológicos se pusieron al servicio del asana, enriqueciéndolo en técnica, en número y en formas de practicarlo.

Sus beneficios son innumerables, pero aquí destacaremos los principales y que podemos constatar casi de inmediato ya que, como dije anteriormente, el trabajo que se hace es tanto exterior como interior.

Por tanto, notaremos una mayor flexibilidad en las articulaciones (cada uno por supuesto tiene su nivel) y un aumento de la elasticidad del cuerpo. Fortaleceremos los músculos. Activaremos la circulación sanguínea. Mejoraremos los procesos digestivos, tanto la digestión como la evacuación. Calmaremos el sistema nervioso. Nos ayudará a combatir el insomnio. Disminuirán los dolores menstruales. Favorecerá el fortalecimiento del sistema inmune entre otros dones.

Una de las grandes bendiciones de esta práctica, es el hecho de que libera al organismo físico de tensiones relacionadas con alguna emoción y aporta un estado de calma y ligereza muy satisfactorio.

Lola Juan