Quienes tienen en la línea del Ascendente a Escorpio, deben enfrentarse en una lucha con lo que es oscuro, tabú, oculto o destructivo y llevarlo a la luz de la conciencia, a una transformación. Reprimida, la energía de Escorpio bulle de forma subterránea generando mucho dolor.
Es posible reconocer los sentimientos que están en juego para poder transformarlos y dirigirlos hacia formas más creativas y constructivas. Los complejos negativos, por ejemplo, pueden ser transformados en algo precioso. Muchos artistas han conseguido encauzar su cólera, su envidia y su pasión por canales más creativos.
Este signo en el Ascendente hace desaparecer viejas formas y estructuras para que sea posible construir otras nuevas. La energía de Escorpio hace que haya que excavar hasta lo más hondo para encontrar las raíces de los problemas que acucian a quien lo tenga de Ascendente en busca de los significados.
Escorpio tiene en oposición al signo de Tauro, como descendente, de tal manera, cuando Escorpio supone desafiar, atacar, destruir y transformar, Tauro es estable, paciente, realista y conservador. Tauro goza sexualmente, pero Escorpio tiene el magnetismo, la atracción por el sexo, es un signo muy intenso.
Debido a que debe asumir tan desafiante misión, Escorpio como Ascendente, expresa una personalidad profunda, misteriosa, reservada y penetrante con una capacidad desarrollada para llegar al fondo de cada situación o descubrir la motivaciones reales de los demás. De esta manera, siempre aparecerán personas con gran magnetismo en su vida, poderosas, controladoras y con gran energía vital, psíquica o material hasta que la reconozca como propia.
La ventaja de reconocerla es que puede controlarla y manejarla en beneficio propio y de los demás y que no suponga algo negativo con lo que sufrir las consecuencias.
Si el signo solar es más sensible (los otros dos signos de agua por ejemplo: Cáncer y Piscis) le puede costar más esta tarea, pero si es más pragmático o más fuerte y perseverante no le costará nada.
Lola Juan